- Published on
Definitivamente un acto de osadía
A todos los que peParece natural pensar que cuando algo no está bien o está incompleto queramos cambiarlo todo. El asunto es por donde comenzar... construir lo que falta y luego arreglar lo existente o deshacer lo que existe para entonces realizar todo desde cero. Parece que las personas tienden a preferir la segunda opción porque a simple vista parece mejor, pero se deja de ver que una vez que destruyes todo estarás un buen tiempo “en fojas cero”, y con el riesgo de que sea permanente. Esto puede parecer aceptable en asuntos menores, pero no en materias de importancia, ya sean personales o colectivas.
Ejemplos de esto son innumerables, sólo por citar uno: La reforma de la educación impulsada en el gobierno de la presidente Bachelet que terminó con todo destruido... la educación particular subvencionada precarizada y sin avance alguno en la educación pública, es decir se arruinó lo que funcionaba y nada se hizo con lo que faltaba (calidad en la educación pública). Hoy solo existen tres instituciones públicas municipales dentro de los top 100 de Chile y sólo una particular subvencionada... y el “ideal” perseguido era disminuir la brecha con los particulares pagados... objetivo: No Logrado.
Esto de ser idealista y puritano tiene impacto, nada es inmune a las malas decisiones ni mucho menos se crea valor de esta forma. Cuando se escuchan palabras como reestructuración, refundación, revolución o reforma, debiéramos sentirnos alertados, despertar esa mirada crítica y escéptica de las intenciones filantrópicas de algunos líderes o de nosotros mismos, ya que la posibilidad de terminar peor que antes es completamente cierta. ¿Significa esto que no se debe hacer nada? Por supuesto que no, pero no seamos ingenuos, nada o casi nada se puede lograr cuando se vuelve atrás para comenzar de cero en las grandes cosas... asumir que todo lo que se hizo antes está mal porque no va de acuerdo a nuestro propio ideal o la moda vigente, es definitivamente un acto de osadía y soberbia que sólo aumenta las posibilidades de fracasar.
Al momento de enfrentar un desafío siempre deberíamos tener a la vista las siguientes cuestiones: qué se puede reutilizar de lo existente, qué falta y qué puede ser parte de una situación temporal de transición, de modo de nunca quedar en cero, es como una cirugía donde el médico arregla algo mientras el paciente debe seguir vivo... las sociedades, las empresas o la familia son seres vivos, no se pueden poner en hibernación a la espera de esa solución ideal.
El idealismo, la falta de experiencia y/o el afán por la perfección son amenazas permanentes contra la eficacia. Por mi forma de ser a mí me costó entenderlo, pero definitivamente el dicho popular “Lo perfecto es enemigo de lo bueno” es completamente cierto, seamos creativos y ¡vamos por lo bueno entonces!
Patrick