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Fueron impredecibles
Hoy quiero exponer un tema complejo y doloroso, que para la mayoría de nosotros parece no tener sentido... esto es la decisión voluntaria de terminar con su vida, así es, el suicidio. Pero mis pensamientos van dirigidos a los que quedan en esta vida, a los que los rodean.
La sola palabra nos para los pelos y nos deja helados. Por años fue un tabú y hasta considerado pecado, pero hoy se entiende como algo que merece ser mirado con atención y empatía.
Hace poco un adolescente se quitó la vida, cursaba tercer año de enseñanza media... la tristeza de sus compañeros de colegio, ese estado de desconcierto generalizado por no entender una decisión tan radical. Con seguridad sus papás tampoco se lo imaginaron y todos quienes lo conocieron de buena forma se pudieran estar preguntando: ¿qué les faltó hacer?... antes de seguir, a todos quienes lo estimaban, estoy seguro que no les faltó nada... les deseo toda la paz del mundo en este difícil momento.
Cuando me diagnosticaron depresión, el siquiatra de una forma bien indirecta, sutil, casi imperceptible me preguntó si yo tenía ideas “autodestructivas” y sobre cómo proyectaba mi futuro, me imagino tratando de descubrir si era persona de riesgo. Si estaba ahí frente a él era para que me ayudara a estar bien nuevamente, le dije que quería encontrarme con “mi normalidad”, en general soy muy alegre aun cuando tengo cara de serio. Pero sí he tenido la oportunidad de conocer a varias personas que han enfrentado el suicidio o que familiares de ellos que lo sufrieron. Personas muy distintas una de otras, creyentes, no creyentes, alegres, introvertidos, depresivos, eufóricos, etc. parece no existir un patrón de personalidad que tenga establecido que irremediablemente se harán daño tarde o temprano. Obviamente hay casos en los que las personas lo que quieren es llamar la atención, las cosas se salen de control y todo termina mal, pero no me refiero a estos casos.
De los que conocí, me atrevo a decir que todos fueron impredecibles al momento de ejecutar su decisión. Estas personas planearon su escape de esta vida y lo llevaron a cabo de forma tal que nadie pudo anticiparse. Para el resto de nosotros nos resulta incomprensible, pero creo importante asumir que para un pequeño porcentaje de la población el cerebro funciona distinto, no están enfermos, pero pueden llegar a tomar este camino como una opción válida cuando para el resto de nosotros no lo es.
Creo que cualquier persona que haya atravesado un momento de angustia o stress elevado ha pensado alguna vez, ¿y si ya no estuviera más? Esta pregunta es muy legítima y probablemente la mayoría se la ha hecho más de alguna vez, pero de ahí a ejecutarla es otra cosa.
En fin, para los que quedamos en esta vida cuando alguien se va de esta forma es mi mensaje.
Todos conscientemente quisiéramos ayudar a que nadie pase por esto y acompañar a las personas de riesgo, pero en la práctica no parece haber una forma certera de identificarlos. No sabemos quiénes potencialmente lo son aun cuando a veces creemos intuirlo, pero lo que sí podemos hacer es controlar la forma en que nos tratamos ya que no sabemos cuánto afecta a otros nuestras palabras y/o acciones, trato duro o abiertamente maltrato. El caso más extremo es el bullying adolescente, que más de un suicidio ha provocado.
Ahora bien, cuando se van el dolor que dejan es tan grande que naturalmente tratamos de buscar en nosotros explicaciones de su decisión... pero no eres tú la causa, ni tampoco estaba en ti la solución, ellos tomaron una decisión que estaba fuera de tus posibilidades.
No puede haber culpa alguna por algo que está más allá de ti, nada de lo que hiciste o no hiciste habría cambiado el resultado. Lamentablemente no existe un “algo” que estuviera en ti que le podrías haber traspasado a ese ser querido para aliviarlo, porque para estas personas especiales la vida se mira con otro prisma, uno que no entendemos a menos que seas uno de ellos.
Escribo este mensaje para que todos quienes han vivido de cerca esta pérdida encuentren la paz y recuerden con cariño a sus seres queridos que se fueron antes de tiempo.
Por otra parte, si tú eres de esas personas especiales y estás leyendo esto, considera que no hay alivio suficiente que compense el dolor de tus seres queridos si te vas, pide ayuda, no estarás solo.
Un abrazo,
Patrick