- Published on
No soy de acero
Existe un conjunto interminable de experiencias, sentimientos, pensamientos, acciones y reacciones, que van formando una cadena eventos que cruza por el espacio-tiempo en donde se escribe nuestra vida.
Si embargo, la forma en la que cada uno es capaz de asimilar esta cadena de sucesos es distinta, incluso más, individualmente podemos vernos afectados de maneras diversas por una misma cadena de eventos previos, en diferentes momentos de nuestra línea de vida. Esta es la magia de ser pertenecer a una especie privilegiada de seres vivos dentro de la inmensidad del universo, una que vive en sociedad, que se acompaña y que se cuestiona la importancia de las cosas.
A veces estas cadenas nos tensan y exigen a niveles que creemos no poder soportar y es ahí cuando nos sentimos al límite de nuestras capacidades, pareciera que queda poca holgura, que no hay margen de error porque ya hemos quemado toda la energía que teníamos, el cuerpo te dice que sólo puedes “aguantar el chaparrón” y por lo tanto decides que tienes que seguir funcionando como todos los días y hacer como que nada pasa para que la cadena no se corte, pero sabes que no estás bien y caes en tu primer espiral...
...busco sin parar algo o alguien que por un momento me saque de esta sensación, en un instante el mundo se viene abajo, todo está en ruinas, a ratos mi cabeza da vueltas y es como si me desdoblara y pudiera mirarme desde arriba, mi ser físico se queda inmóvil con la mirada fija pero mis pensamientos dan vuelta como un tornado, a mil kilómetros por hora, siento vértigo y miedo, pierdo el orden de las ideas y no sé cómo salir de esto... de repente algo me trae de vuelta al mundo real, que siguió funcionando a pesar de que yo no estaba atento y la vida continúa... hasta que el espiral se repite.
Bajo esta presión la alegría se apaga, la tristeza se apodera de ti. Te sientes incomprendido, tienes miedo, pero tampoco quieres explicar lo que te pasa, ya sea porque no lo entiendes o porque lo niegas, pero te sientes solo a pesar de estar acompañado.
No es fácil pedir ayuda, ya sea porque crees que te la puedes o bien porque no te has dado cuenta que tienes algo, eso que se esconde en tu cabeza, que te hace creer que estás bien porque te levantas todos los días igual, te ríes si alguien te cuenta algo gracioso, trabajas como siempre y nadie se da cuenta de que ya no eres el mismo. Pero sabes que no estás bien.
Sirve mucho conversar de esto, la compañía de la familia, los amigos y dejar de lado el pudor de tener que reconocer que no soy de acero como el superhéroe. No pretendo hacer un análisis clínico de qué significa todo esto porque no me corresponde, pero de seguro es mejor buscar ayuda cuanto antes, la tristeza, el miedo y los sentimientos negativos, todos ellos por tiempo prolongado debieran despertar todas las alarmas, no hay que esperar más porque no se va a ir así no más.
Esta fue mi experiencia y se las comparto para que quien se sienta representado sepa por donde comenzar a buscar, ya que con ayuda esto es más fácil de llevar y llegar a ser la versión mejorada de uno mismo.
Nota: Muchas gracias por la preocupación, yo estoy muy bien. El sentido de publicar esto es para quien no lo haya vivido pueda entenderlo y también para quienes estén afectados hoy, sepan que no están solos. Saludos a todos y nuevamente muchas gracias!