Published on

Pero ahí no termina la historia

Nunca me compré mucho el asunto de los cuestionamientos que las personas se hacen al ir cumpliendo años, he tenido una buena vida, feliz... a casi dos de haber cumplido los 50 veo lo equivocado que estaba.

No me siento menos capaz físicamente, sino todo lo contrario, después de varios años de lesiones crónicas que me tuvieron desmotivado deportivamente hablando, hace ya más de un año que no me duele nada y me siento plenamente capaz de hacer todo lo que hacía antes y bien (o al menos eso creo)...

Pero ahí no termina la historia, más bien empieza otra. En este tiempo han surgido preguntas de una forma que nunca antes me pasó... ¿cuánto más podré hacer las cosas que me gustan? ¿qué cosas me motivan ahora? ¿qué experiencias no he tenido aun? ¿con quién quiero “gastar mi tiempo”? ¿quién quiero ser?

No ha sido fácil llenarse de preguntas cuyas respuestas requieren tiempo para desarrollarse y eso hace que al final del día tenga una lista de pendientes un poco más larga que la del día anterior. Me he ido “pa’dentro” como dicen algunos y no es por mala onda o por falta de entusiasmo, pero sí porque necesito contestarme estas cosas.

Sobre la primera pregunta, me he encontrado con grandes sorpresas este año, desde una persona en un grupo internacional de Garrochistas en Facebook, que me escribió que había vuelto a saltar a los 53 años (wow, el deporte más lindo del mundo a los 53!!), hasta un señor de +80 años que me encontré en la punta de un cerro en plena cordillera, haciendo motociclismo de enduro con su nieto. Que ejemplos de que nunca debemos soltar lo que nos apasiona.

Las motivaciones van cambiando, algunas cosas que antes me copaban la atención ahora realmente no me interesan nada... ¿por qué? No sé, creo simplemente que son aficiones que las personas tenemos en etapas de nuestras vidas y cuando otras más importantes o más complejas nos llegan, simplemente su prioridad baja. No es que hayan desaparecido, sino que simplemente ahora ya no les quieres destinar tiempo.

¿Hay experiencias que no he tenido aún? si incontables. Pero hoy estoy probando algo que me produce mucha curiosidad, la juventud y la forma en que se relacionan a través de las redes sociales, pero con una mirada desde mi edad. Me gusta como se comunican (aunque no en Twitter), pero ¿cómo proyectar quien se es y no sólo una parte (la parte feliz)? Ese es un gran desafío, hace un tiempo me hackearon mi cuenta de Instagram y tuve que crear una nueva, en ese momento quise darle otro sentido, celebrar experiencias, amistad, afecto, respeto, etc. que son las cosas que me mueven hoy. Probablemente me exponga torpemente aprendiendo algo nuevo en el futuro, no lo sé, pero estoy dispuesto a probar todo lo que se me presente en términos razonables, sin vergüenza alguna. Siempre pienso en que no quiero llegar al último día de la vida y pensar “me faltó esto”.

Finalmente lo profundo, quiero ser un oyente, quiero hacer buenas preguntas que me permitan llegar al fondo de las personas, quiero aprender cosas nuevas, quiero mirar fijamente a los ojos de quien me habla o de quien me quiera dar su atención. Quiero gastar mi tiempo con los unicornios que se me crucen en lo que me quede de vida. Quiero seguir siendo crítico de las cosas, pero no quiero juzgar a nadie ni menos atribuirle intensiones de ningún tipo. Quiero perdonarme porque he sido muy severo conmigo mismo. Quiero dejar recuerdos. Quiero reír como los niños y pensar como los sabios. Quiero ser feliz.