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Una sola oportunidad en la vida...

Durante nuestra vida hemos ido conociendo muchas personas, de diversas características, personalidades, virtudes y defectos. Estas personas van llenando nuestras vidas en los distintos momentos, pero a veces salen de nuestro radar para dejar su espacio a otras y la vida continua. El tiempo todo lo cura dicen por ahí, así que no habrá una amistad, una pareja, etc. que no se pueda superar o reemplazar, y seguir adelante con tu vida.

Pero hay un tipo muy especial de persona, esa que de alguna forma una voz en tu interior te dice que es de las que sólo hay una en el mundo como ella para ti y tienes una sola oportunidad en la vida de conocerla. Este tipo de personas son las que nos cambian y nos hacen crecer. Es el tipo de personas que transforma ese sentimiento de “te quiero porque me haces feliz” a “te quiero porque quiero hacerte feliz”, cuando el “Yo” pasa a segundo plano. Esto es lo más increíble del mundo, todo queda atrás, nada es más importante después de conocer a uno de estos “unicornios” personales. Este tipo especial de personas son las que queremos y necesitamos tener cerca, queremos sentir que saben que son importantes para nosotros y que estamos ciento por ciento disponibles para ellas o al menos para ayudarles en lo que necesiten. Sin duda sabemos que ellas serán imposibles de reemplazar y dejarán una huella difícil de borrar si deciden no estar más, pero en nuestro interior siempre las llevaremos con nosotros.

Todos podemos ser el unicornio de alguien y al mismo tiempo ser “reemplazable” para los otros.

¿Cada uno tiene una única persona de este tipo en su vida? Honestamente creo que no, las relaciones humanas tienen muchas dimensiones y por lo tanto siempre habrá una persona especial capaz de llenar una o más de ellas. Tu pareja, tus amigos más cercanos, tus hijos, etc. pero con seguridad es un grupo reducido.

¿Es recíproco el sentimiento? Que difícil responder esto, todos quisiéramos que sí. Es natural querer que, si algo nos hizo “click”, le haya pasado lo mismo a esa persona también. Creo que esta reciprocidad no ocurre con tanta frecuencia, puede que haya simpatía o afecto, pero si alguna vez el sentimiento es ciento por ciento recíproco, no habrá palabras para describir esto. La confianza, los hechos y no las palabras, serán la clave.

La invitación es a abrir los ojos, estar atento y sobre todo a ser auténticos, no sabes cuando se te puede cruzar alguien que te cambie para siempre alguna parte de ti.